Familias de estudiantes que asisten a la Escuela N°9 DE 10 “Evaristo Julio Badia” del barrio de Núñez (O’Higgins 3050) iniciaron una acción de amparo para que se mantenga el sistema de jornada simple en los turnos matutino y vespertino. El Gobierno porteño planea convertir en jornadas completas las cursadas en una treintena de establecimientos escolares, tal como informó Agenda Porteña.
Ahora, el juez Guillermo Scheibler notificó al Ministerio Público Fiscal de la CABA para que dictamine sobre este amparo.
Medio centenar de familiares impulsaron esta acción y afirmaron que la escuela de Núñez “tiene una oferta educativa de jornada simple en dos turnos” y que “en 2014 se agregó la extendida opcional que se hizo obligatoria para sexto y séptimo grado”.
“Sin embargo, el 29 de agosto de este año las familias recibimos un correo electrónico mediante el cual nos citaban a una reunión de padres para el día 1 de septiembre, en la que íbamos a ser informados acerca de la modalidad de la escuela para el año 2023”, consignó la demanda. Agregó que “se produjo la reunión y tomamos conocimiento de que la escuela sería de doble jornada a partir del año que viene” y que “aquellos que no estuvieran de acuerdo debían conseguir una vacante en otra”, reprodujo Télam.
Así, se produjo una “situación violenta”, por lo que las autoridades “aseguraron que iban a enviar una encuesta”, pero luego avisaron que ya estaba decidido y la pregunta solo era para saber “si íbamos a mandar a nuestros hijos en 2023”. Los demandantes acotaron que “ante esta situación, que tomó por sorpresa a las familias, comenzamos un largo derrotero de pedido de explicaciones, las cuales nunca llegaron”.
“Elegimos la escuela precisamente por la modalidad que entendemos superadora, pudiendo diseñar una trayectoria escolar singularizada y específica para cada niño de acuerdo a sus necesidades y deseos. La alternativa que se ofrece en forma individualizada en muchas escuelas de jornada completa obligatoria, de que los niños con necesidades especiales se retiren antes para asistir a sus espacios terapéuticos o porque no toleran la excesiva carga horaria semanal diaria de 8 horas, no hace más que reforzar la estigmatización y clara discriminación”, indicaron.
“Transformar las escuelas públicas de modo uniforme sin atender a las necesidades diversas de los niños y niñas representa una vulneración de sus derechos”, concluyeron.