El Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires, a través de la Dirección General de la Mujer, lanzó este miércoles la nueva guía para mujeres migrantes en situación de violencia por motivos de género.
La edición, que estará disponible en la web, tendrá como objetivo servir de apoyo y orientación a las mujeres migrantes y sus familias dentro del territorio porteño, otorgando herramientas e información con la finalidad de generar un espacio en el cual se puedan realizar preguntas, prevenir situaciones de riesgo o estar informadas y planificar la construcción de un porvenir.
“Migrar es un derecho humano, todas las personas tenemos el derecho a ser tratadas con respeto, sin discriminación ni violencia. Para hacer cada vez más efectivo este derecho, tenemos que profundizar el acceso a la justicia y a otros derechos sociales a todas las mujeres migrantes, especialmente aquellas que pertenecen a los sectores más vulnerables”, explicó María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad.
Por su parte, Carolina Barone, directora general de la Mujer, indicó: “Tenemos la responsabilidad y el compromiso de visibilizar la agenda de mujeres migrantes e impulsar acciones que apunten a construir una sociedad libre de violencias y con igualdad de oportunidades. Toda la agenda de las mujeres es importante; la de la erradicación de las violencias es urgente”.
Del evento también participaron Pamela Malewicz, subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural; Mariana Calcagno, directora general de Articulación de la Secretaría de Igualdad; Gabriel Mraida, presidente del IVC; Mercedes Barbara, directora general de Colectividades; y Martín Gosepedini, titular de la UGIS de la Dirección General de Gestión e Intervención Social dependiente del IVC.
Durante la jornada, migrantes de distintos países pudieron compartir sus consideraciones en una charla informal. “En este país aprendí mucho, en mi país la política no nos recibe. Acá he tenido la posibilidad de hablar con todos los funcionarios, me escucharon. En este país aprendí la política, voy a reuniones, participo. Desde que llegué acá cambié, soy luchadora”, dijo una mujer de Bolivia. Una migrante de Venezuela, cuya identidad también se preserva, apuntó: “Siendo profesional, de un día para el otro vinieron los militares y cerraron el laboratorio donde trabajaba y quedé desempleada. Tuve que cerrar la puerta de mi departamento en Caracas, que con tanto esfuerzo compramos, y venir para Argentina con mis dos niños a empezar de cero. A veces vivimos tantas cosas y no nos damos cuenta de que somos protagonistas. Aquí empecé con un emprendimiento de cocina, adaptándome a los gustos de aquí, a las comidas de invierno y de verano. Hace 10 meses que estoy en este país y no me siento extranjera, estoy muy agradecida por este país y esta ciudad que la siento mía”.
Con el objetivo de difundir la guía entre referentes de los barrios populares y explicar su contenido, durante el mes de enero se llevaron adelante charlas informativas destinadas a mujeres en Rodrigo Bueno, Fraga, 1-11-14, y Soldati, ubicados en la zona sur de la Ciudad. Estos encuentros, organizados por la Dirección General de la Mujer y la Dirección General de Gestión e Intervención Social dependiente del IVC, permitieron generar un espacio de intercambio valioso para dar una mejor respuesta.
Las migraciones son desplazamientos signados por el proceso de integración permanente que significa para cada familia reafirmar día a día el lugar donde ha elegido vivir. Desde esta perspectiva, resulta fundamental comprender que los procesos migratorios no son determinantes sino dinámicos, fluctuantes y diversos. La impronta femenina no puede ser soslayada, como tampoco las formas de discriminación capaces de potenciar las vulnerabilidades.
En tal sentido, la guía para mujeres migrantes abarcó distintos ejes con el fin de ampliar la conciencia sobre las violencias en distintos ámbitos. Entre las cuestiones transversales se encuntran ciudadanía y derechos humanos; género respeto, igualdad y denuncia sobre violencias; diversidad sexual como cuestión de género; convivencia no discriminación y pluralismo cultural; y género derechos sexuales y sexualidad.
Durante los talleres, una poderosa herramienta educativa y de reflexión, se utilizaron materiales lúdicos orientados a fomentar el ejercicio de la palabra y la generación del diálogo entre las participantes, con la posibilidad de interrogar algunos aspectos de lo cotidiano como la territorialidad, el quehacer, el género, el trabajo, la igualdad y las certezas para distinguir nuestros mapas de creencias y de ese modo identificar las violencias y los malos tratos. En estos encuentros, de los que formaron parte grupos de alrededor de 30 mujeres, la comunicación se dio fluida de un modo horizontal y muchas de las participantes pudieron dar cuenta de la violencia estructural percibida, así como también relatar abusos sufridos en primera persona.