En la actualidad, muchos avisos rezan con la leyenda“Pierda 5 kilos en 7 días”. Pero en letra chica, casi invisible, dice “¡y recupérelos junto con algún que otro kilito extra en muy poco tiempo!”. Los que no leen la letra chica piensan “voy a empezar las vacaciones con 5 kilos menos” y caen en la tentación de los esfuerzos extraordinarios aferrados a la recomendación de la vecina: “esta dieta es buenísima, probala, te baja la panza en una semana”.
A pesar de que es conocido el “efecto yo-yo” o rebote, muchos se repiten “a mí no me va a pasar” y se sumergen en dietas muy restrictivas (600-800 calorías por día) que en realidad pueden ser efectivas, pero sólo a corto plazo. Con el tiempo resultan una hipoteca: predisponen a un mayor aumento de peso posterior al descenso en comparación con el adelgazamiento que se hubiera logrado con una dieta hipocalórica convencional (1200 a 1500 calorías).
Las razones son varias. Simplificando los mecanismos hormonales por los que el cuerpo sube y pierde peso a diario, la falta de calorías provoca un desfasaje del cual el organismo, inteligentemente, se defiende. Como requiere una cantidad de energía mínima para su funcionamiento óptimo, cuando esta cantidad no se ingiere con los alimentos el cuerpo registra la situación con un alerta y activa un «estado ahorrador” que:
- Reduce el gasto metabólico; gasta menos calorías por cada gramo de alimento ingerido.
- Aumenta la sensación de hambre para recordarnos que nos faltan alimentos.
- Predispone a una sobrealimentación que indefectiblemente ocurrirá. En más o menos días, es común sucumbir a la necesidad física de comer y se lo hace en exceso debido a la deficiencia calórica arrastrada.
La consecuencia es reengordar
Se hace inevitable porque el cuerpo continúa el sistema de «bajo consumo» y sigue almacenando más y gastando menos a pesar de comer poquísimo. A todo esto hay que sumar la frustración que se siente al no poder controlar el peso, muchas veces acompañada de la sensación de estar atrapado en un círculo vicioso de dieta-adelgazamiento-aumento de peso que puede conducir a un mayor nivel de frustración y estrés.
La sensación de estar atrapado en un círculo vicioso de dieta-adelgazamiento-aumento de peso puede conducir a un mayor nivel de frustración.
Si usted tiene la fantasía de que la dieta restrictiva hará desaparecer los kilos de las fiestas recuerde la letra chica y escriba un cartel enorme:
Las dietas restrictivas no sólo fracasan en el objetivo de adelgazamiento sino que, además, impactan negativamente en el estado de ánimo porque, al no solucionar las dificultades, finalmente conducen al abandono y a un aumento de peso mayor.
En definitiva, no representan una solución ni para el problema de la obesidad -que como enfermedad crónica requiere un tratamiento crónico- ni para los kilitos de más.
Fuente: Dietas Cormillot