“Volcán de brujas”, obra de teatro de Víctor Malagrino con dirección de Ezequiel Tronconi y protagónico de Laura Cymer sobre una mujer que regresa a su lugar de crianza en un recorrido que la lleva a enfrentar la memoria de un pasado violento, llega mañana a las 21 a la Sala 3 de El Cultural San Martín, en Sarmiento 1551.
“‘Volcán de brujas’ es una obra sobre el campo minado de la memoria, el enfrentar al pasado y reconciliarse con los vacíos y silencios”, planteó Malagrino a través de un comunicado de prensa en la previa del estreno de la pieza, que podrá verse los jueves y viernes a las 21.
Con un elenco conformado por Cymer, Paula Carruega, Gabo Correa, Lucas Crespi y Juan Risso, la obra cuenta la historia de Lía, que vuelve a la isla que la vio nacer con el aparente objetivo de realizar una nota turística. Entre las preguntas históricas y de color, empiezan a asomar destellos de su pasado que la llevan a enfrentar a su padre, rencoroso y detenido en un tiempo indefinido, gris.
En sus notas, Lía desanda los pasos de las “Brujas del volcán”, una cofradía de mujeres rebeladas contra el opresivo y patriarcal sistema isleño del cual su madre formó parte.
“Dolores de una infancia violenta. La repentina desaparición de su madre como herida jamás cicatrizada. La isla, verdadera protagonista de la historia, se manifiesta por sí sola. Late y sufre el rencor de un pasado de gloria que no fue”, invita la sinopsis.
El texto teatral de “Volcán de brujas” contó con la supervisión de Andrés Binetti, y fue seleccionado en la convocatoria “Traducir para la escena” para ser representado online desde el Reino Unido con la colaboración de la University of London, entre otras instituciones. También recibió mención en el concurso de dramaturgias “Potencia y política” de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
Además del texto, Malagrino es responsable de la música. La dirección es del también actor, guionista y dramaturgo Ezequiel Tronconi, con asistencia de Pilar Germano, visuales de Gabriela Baldoni, producción ejecutiva de María Laura Quevedo, escenografía e iluminación de Pablo Calmet, y vestuario de Jorgelina Pineda.