En la intersección de la calle Balcarce y la avenida Hipólito Yrigoyen, en pleno casco histórico de la Ciudad de Buenos Aires, se erige un edificio imponente y lleno de historia. Lo que hoy es sede de la Academia Nacional de la Historia fue en sus orígenes la primera sede del Congreso Nacional Argentino. Un sitio que, aunque muchas veces pasa desapercibido, resguarda un invaluable legado institucional y arquitectónico.
Los primeros pasos del Congreso Nacional
Cuando la Argentina adoptó su Constitución en 1853, se estableció que Buenos Aires sería la capital del país. Sin embargo, la ciudad aún no contaba con una infraestructura adecuada para albergar las instituciones nacionales. Fue así como en 1864, el Congreso comenzó a sesionar en un edificio ubicado en Balcarce 139, a pocos metros de la Casa Rosada. En ese recinto, políticos fundamentales en la historia nacional como Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento y Julio Argentino Roca prestaron juramento, dando inicio a capítulos clave de la construcción del país.
Una joya arquitectónica del siglo XIX
El edificio, de estilo neoclásico, fue diseñado con una estructura imponente que respondía a los ideales de la época. La sala de sesiones, aún conservada en su interior, mantiene la disposición original en la que los legisladores debatían las leyes fundacionales de la nación. A pesar de las transformaciones que ha sufrido con el paso del tiempo, el recinto sigue siendo un testimonio tangible de las decisiones que marcaron el destino del país.
De Congreso Nacional a Academia Nacional de la Historia
En 1906, con la inauguración del actual Palacio del Congreso sobre la avenida Entre Ríos, la antigua sede quedó en desuso y pasó a albergar diferentes dependencias gubernamentales, como la Dirección General Impositiva (DGI), luego AFIP, y más recientemente ARCA. Actualmente, el edificio es sede de la Academia Nacional de la Historia, institución que resguarda y difunde el conocimiento sobre el pasado argentino.
¿Se puede visitar la antigua sede del Congreso?
A pesar de su relevancia histórica, la antigua sede del Congreso no siempre es de acceso libre al público. Sin embargo, en algunas ocasiones especiales, como la Noche de los Museos organizada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el edificio suele abrir sus puertas para visitas guiadas, permitiendo a los ciudadanos recorrer sus instalaciones y conocer más sobre su historia. Para obtener información actualizada sobre visitas o eventos especiales, se recomienda consultar los canales oficiales de la Academia Nacional de la Historia o del Gobierno de la Ciudad.
Un patrimonio que merece ser descubierto
Pese a su relevancia histórica, la antigua sede del Congreso sigue siendo un rincón poco conocido de Buenos Aires. Su conservación y puesta en valor serían pasos fundamentales para que más ciudadanos puedan conocer y apreciar un espacio donde se forjaron las bases de la Argentina moderna. Mientras tanto, quienes transitan por la zona pueden detenerse unos minutos a contemplar su imponente fachada y recordar que, detrás de esas paredes, se escribieron algunas de las páginas más importantes de nuestra historia nacional.
