A un año de , se confirma que en breve reabrirá Burgio, la tradicional pizzería ubicada en la avenida Cabildo 2477. Mantendrá su tradicional horno a leña y, gracias a testimonios de vecinos, se realizó una puesta en valor del inmueble para recuperar su estética de antaño.
Este proyecto de rescate gastronómico, que esperan concretar en septiembre, está a cargo de Gonzalo Louro, quien con anterioridad abrió Saint Burger (avenida de Mayo 852) y Antonio’s Pizza (Tacuarí 76). “Este lugar tiene mucha historia. Espero estar a la altura”, aseguró.
Por su parte, José Blanco, quien se encargó del negocio en sus últimos tiempos junto a su padre Fernando, afirmó ante Clarín: “Hay cosas que en un lugar con tanta historia, son intocables; los hornos a leña, las venecitas, el buen trato con el público. Estamos seguros de que seguirá así”.
Desde el mapa interactivo de la ciudad de 1996 nos saluda Burgio como si fuera ayer.
Qué loco que con la misma imagen se me haga agua la boca y se me estruje el corazón 🍕💔 pic.twitter.com/7w5UeQL1xQ— Buenos Aires Perdida (@bsasperdida) August 22, 2022
Fundada en 1932, esta tradicional pizzería de Belgrano, que tenía de habitúes a vecinos de otros tantos barrios linderos como Saavedra, era un punto de encuentro y eran muy valoradas sus pizzas y empanadas fritas. Asimismo, la estética del lugar -desde su mobiliario hasta sus aromas a especias- era una marga registrada de la porteñidad.
Todo eso se tuvo en cuenta para pensar el regreso. “Burgio está en el corazón de los vecinos. Por eso, el principal desafío fue respetar la esencia del lugar: cómo lo sentían aquellos que van hace tantos años a disfrutar de su pizza”, afirma la diseñadora de interiores Constanza Toma, quien trabaja junto al arquitecto Sebastián Saggese.
Ojalá se acerque algo al Burgio original, le peleaba a Guerrin y a la Mezzetta de igual a igual!
— Gustavo– Malta y Genova– 🍷🍺🥃 (@Gus_Genoves) August 23, 2022
Gracias a testimonios orales y fotos de época (desde algunas en blanco y negro hasta tomas recientes) se pudo reconstruir la barra para comer de parado. También el mostrador lateral y se definió que tipo de cerámicas y venecitas debe haber en los muros.
“Hubo mucho de arqueología web: ese es un término que inventamos en nuestro estudio, Cubit, para pedirles a los millennials que trabajan con nosotros que busquen en las redes sociales de los vecinos fotos de cómo era el local. Así pudimos encontrar detalles como los espejos pintados a mano o un cartel termoformado sobre la línea de despacho”, precisa Toma.
Si no vuelven los mozos que te revoleaban la pizza en la mesa, no es Burgio
— Matias Gonzalez (@mato2000) August 24, 2022